Palla Warkuna

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RICARDO PALMA escribió una de sus celebres tradiciones sobre este asunto. Yo lo oí contar a un anciano indio de los plebiscitos de Añankusi y Pallalla, y la recuerdo perfectamente por que su belleza poética la hace inolvidable. Se refiere al reconocimientos de dos caseríos de entonces, refundidos entre los numerosos pliegues de la Cordillera.

Palla WarkunaEn una de las muchas veces que me senté al lado de mi viejo amigo, este me contó con el emocionado acento de la verdad, que el Inca Pachacutec llego a un caserío próximo a Alto-Pongo, decidiendo pasar la noche en este punto, para continuar su viaje hacia al Cuzco cuando se iniciaría al día siguiente. En conformidad con una indiscutible costumbre del medio y la época, los habitantes de dicho caseríos le ofrecieron como tributo, una indiecita esbelta y de rostro sumamente alegre, obsequio que fue muy del agrado de Pachacutec, quien como una gracia especial a los habitantes del sitio en que se encontraba, bautizo al caserío con el nombre de " Añankusi" que quiere decir "dulce alegría". Desde aquel día la indiecita fue llamada también Añankusi, agregándole la palabra complementaria de "Palla" , y paso formar parte de la familia real.

Habiendo transcurrido la noche, la comitiva del Inca reanudo su marcha, y un conjunto de personas notable de otro caserío presento al Inca el tributo de una niña dotada de singular hermosura, a pesar de lo cual, su fisonomía se mostraba permanentemente sombría, como la expresión del sufrimiento en que se debatía su alma. El Inca, en vista de una singular pero, al mismo tiempo, tan entristecida belleza, bautizo al caserío y a la niña con el nombre de " Upallalla" que quiere decir "la callada" o "la melancólica".

La marcha prosiguió hacia Pekoy - Tambo hasta la margen derecha del rio Ankoyaku, o sea el Mantaro, por uno de los caminos mejores y mas conocidos, que unía Cuzco con Quito. Continuaron, rio arriba, hasta el lugar denominado Larmentay, donde actualmente se encuentra Izcuchaca. Los víveres se llevaban en llamas; los indios cargaban el trono real y las literas de las Pallas y Ñustas. Añankusi seguia al Inca muy contenta; no así Upallalla, cuya trastesa iba em aumento. ¿Cuál era el origen de tan grande dolor? He aquí la respuesta : amaba aun pequeño mozo llamado Panti, el que había dedicado su vida a tan bella mujer. Los caciques de la región habían obligado a Upallalla a obedecer sus ordenes, conduciéndola a presencia del Inca para entregarla como tributo; y Panti, a fin de estar siempre cerca de su amada, se había alistado en el cortejo de Pachacutec. Fue así como logro entrevistarse con ella y ambos se pusieron de acuerdo para huir aprovechando de la primera ocasión favorable.

El Inca decido acampar en Larmentay. El largo viaje y las numerosas preocupaciones motivadas por sus conquistas, terminaron por fatigarlos. Es por eso que, durante las noches, se quedaba profundamente dormido. Los guardias nocturnos encargados de velar su sueño, se relevan cada dos horas y cierta noche le toco a Panti el relevo, junto con otro miembro de la guardia real. Panto había preparado en un "poro" (vasijas semejantes al mate) una chicha de muy agrado sabor que un brujo había mezclado con un narcótico eficaz. La invito a su compañero y este se apresuro a tomarla, quedándose a poco, O profundamente dormido. Convencido Panti de que no despertaría en muchas horas mas, dio la señal convenida a Upallalla la que nerviosa y contenta, salió a su encuentro, emprendiendo de inmediato la fuga hacia la región de los Wankas.
                       
La pareja había avanzado ya mas de dos lagunas cuando se produjo el siguiente relevo. Al propagarse la noticia de la huida , se impartieron ordenes para la captura y la muerte de los amantes. O que sigue se halla en las Tradiciones de Ricardo Palma: Panti, a quien se le da otro nombre en la obra citada, es cogido junto con su amada y muere a saetazos, su cuerpo es destrozado y se le entrega a la veracidad de las aves de rapiña. Upallalla es ahorcada en la cima de una gran roca, mas allá de Huayucachi, sitio denominado "Palla-Huarcuna",

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