Una Bella Leyenda Peruana (sierra)

Era el anochecer de un día lleno de sol. Un anciano venerable de cabellos blancos como la nieve, de lánguidas barbas, de ángulo mirar había llegado al pueblo. Iba tocando las puertas en pos de un poco de agua y un trozo de pan que nadie le quiso dar.

Ya al cerrar la noche llego a la casa de un pobre labriego y le dijo:

-Señor, voy buscando un trago de agua y un trozo de pan , nadie ha querido darme. Tu casa es la ultima del pueblo

-Entra, buen hombre. Aquí tienes el pan y el agua para aplacar la sed y saciar el hambre.

El anciano sudoroso y fatigado bebió el agua y comió el pan. Al terminar converso largamente con su huésped y termino diciéndole.

-Mañana antes de la salida del sol, huye de aquí con los tuyos. Camina a grandes pasos y aléjate pronto. Al llegar a la cumbre escucharas un terrorífico ruido a tus espaldas. Las montañas darán paso a enormes brazos de agua que en estrépito infernal barrerán los campos y talaran los bosques. No vuelvas los ojos, si los volvieras o los volvieran los tuyos, quedaran, de inmediato, convertidos en piedras,

Al amanecer, el anciano marchado. Recordando las advertencia del viajero el labriego huyo con los suyos. Al llegar a la cumbre dorada por los primeros rayos del sol que nacía, un terrible movimiento le tumbo a tierra. La mujer, por la natural curiosidad de su sexo, volvió los ojos y ¡horror! apenas pudo decir; " El pueblo se cubre de espumosas aguas...", porque después quedo petrificada junto con el niño que llevaba a las espaldas. El buen labrador huyo, salvándose de la catástrofe.

El lugar del pueblo fue ocupado por las aguas; la laguna subterránea hasta hoy se llama Laguna de Urcos (provincia de Quispicanchi, Cusco).

Es así como esta leyenda es una de las mas comunes del Perú, como nos lo han asegurado quienes lo saben, Los  lugares varían pero la leyenda subiste en lo substancial.

Hay una localización vinculado. En ciertos días o noches del año se escucha al teñido de las campañas del pueblos.

La gente aun no han muerto.