El Cerro Campana

Cuentan los antiguos que cuando todo era dicha  y mansedumbre por estas tierras de promisión y las gentes mucho mas buena que la de hoy, en la iglesia de Huanchaco, en su respectivo lugar, había una campana de oro que llamaba con voz sonora a los feligreses; campana que era orgullo de los huanchaqueros. La dicha campana fue sacada de una huaca y perteneció a uno de los grandes monarcas de los chimus.

Envidioso los trujillanos de tan preciada joya, dueños ya de una llamanta Catedral, con Ayuntamiento y Mayorazgo, quisieron que la campana de oro repicara solo desde una de las torres de la iglesia trujillana para llamar a los amantisimos corazones en gracia de Jesús, iniciaron las gestiones, abreviaron tramites y un buen día, con gran acompañamiento de cajas y pitos, trajeron a la ciudad la campana codiciada y la colocaron con gran contento y regocijo en la torre de la derecha. La ciudad se vio sorprendida con el repicar tan claro de la campanita huanchaquera. Mas, cual no seria la sorpresa para los trujillanos cuando al día siguiente que debía celebrarse la misa especial y ceremonias magnas, ni primera, ni segunda, ni tercera, pudo tocar el sacristán porque había desaparecido la campana de la torre. Hay que imaginar el barullo que esto produjo , sobre todo, cuando después de tanto buscar, se esparció la noticia de que la campana de nuevo se encontraba en Huanchaco, en el mismo sitio y al servicio de la Virgen del Socorro (Huanchaquita).

Los trujillanos no quisieron quedarse en burla, nunca nadie se había burlado de ellos, menos podía hacerlo una simple campaneja de oro,. Y de nuevo la sacaron y bien amarrada la condujeron hacia la cátedra. Pero, aquí esta lo mas sorprendente, en medio del camino tal vez a la altura de la mentada Huaca de Toledo, se escapo la campana dejando en el ambiente un lastimero doble y no volvió a saberse mas de ella. Después de tanto buscar, se supo que había ido a parar al Cerro Encantado que se levanta hacia el noreste de Chan Chan, cerro, que desde entonces se llama la campana. Algo mas, el dicho cerro no solo guarda la tradición sino que hasta tiene forma de campana y agregan narradores que cada cinco años, el gran día de Huanchaquita, desde aquel cerro repita alegre la campana de oro para regalo y contento de la santita y los huanchaqueros.