El aspecto
de Tifon era realmente espantoso. Todo su cuerpo estaba cubierto de asquerosos
reptiles y las extremidades inferiores presentaban una coraza de plumas
indestructibles. Sus ojos eran dos rojos volcanes por donde estallaban
llamaradas mortíferas. Su largo hocico presentaba varias filas de colmillos
cuyo filo era capaz de aserrar en un instante el árbol mas grueso. Dotado de
una increíble fuerza, Tifón, cuyo tamaño sobreasaba en mucho la estatura de los
demás monstruos y llegaba casi hasta las cumbres mas altas de la tierra, trabo
lucha sin igual con Júpiter y por algunos instantes parecía que lograba la
victoria, pues durante angustioso momento, logro aprisionar al joven dios
contra la Tierra, que se abrió cómplice para sepultar a Júpiter en la oscuridad
de sus abismos.
Se dice que incluso llego a arrancarle los tendones de las
piernas para inmovilizarlos y luego lo encerró bajo tierra. Pero Júpiter fue
rescatado por Mercurio y por Pan y pudo regresar a la lid. Luego de una
terrible lucha, Júpiter logro atenazar los miembros de Tifon y consiguió al fin
someterlo. Luego arrojo el monte Etna sobre el monstruo que llameante, quedo
inmóvil bajo la roca. Sin embargo, aun hoy pueden verse y sentirse los
esfuerzos de Tifon por liberarse de su prisión.