
En eso, el agua del puquial comenzó bruscamente a disminuir luego regresaba, volvía a disminuir, y así por el estilo. Don Fortunato se encolerizo y caliente se acerco al puquial para ver que era lo que pasaba y si alguien le estaba haciendo una broma pesada.
Cual fue la sorpresa que don Fortunato se encuentra en el mismo ojo del puquial con una enorme serpiente de color amarillo brilloso que estaba bañandose. Asustado, pensó que se trataba del demonio... se santiguio inmediatamente, se quito su camisa y regreso corriendo hacia su casa que tenia en el mismo Pasarón.
Al día siguiente, don Fortunato tuvo el valor de regresar al puquial y encontró un hacha de oro en el mismo lugar donde la víspera viera a la vivora y donde el había dejado su