
Naymlap desembarco con todo su sequito en la desembocadura de un rió que se llamaba hoy Paquisllanga. Allí abandonaron sus balsas y se asentaron en el país y constituyeron a media legua de dicho lugar un templo que nombraron Chot. Allí pusieron un ídolo que habían traído consigo y que representaba la imagen de su jefe. Estaba hecho de una piedra verde que se llama Llampaller, que quiere decir: figura o estatua de Naymalp.
Este príncipe murió después de un largo régimen y dejo un gran numero de hijos. Para hacer caer el pueblo que era inmortal se extendió el rumor de que su poder matico, se había dado alas y de había elevado al cielo. Sus compañeros estaban afligidos por su ida que, aunque casi todos ellos tenían una familia numerosa y se había ligado fuertemente a su nueva patria, cuyo territorio era muy fácil, casi todos la abandonaron yéndose por todos lados para buscar a su jefe. Sus hijos nacidos en el país fueron los únicos que se quedaron allí
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Cium, sucesor de Naymlap, casado con una mujer joven llamada Zolzdoñi, tuvo de ella de alguna concubinas doce hijos, cada uno de los cuales llego a ser el jefe de una numerosa descendencia . Después de un largo régimen se encerró en un subterráneo donde el se dejo morir de hambre, a fin de ocultar su muerte al pueblo y de conservar la opinión que su raza era inmortal.

Su muerte significaba el fin de la dinastía de los soberanos naturales del valle de Lambayeque.... Este región se gobernó durante mucho tiempo como republica, y fue finalmente sujeta por el poderoso Chimu Capac.