Antiguamente los nakaq eran personas designadas, se les entregaba el habito bendecido, un machete y un cuchillo. Cuando el nakaq salía a la ciudad, tocaban la plegaria las campanas y en la puna en sitios solitarios esperaban a la gente. Y al matarlos los llevaban a cuevas en donde los colgaban de los pies boca abajo. Prendían fuego en la parte baja del muerto, para que chorree poco a poco la grasa, una vez terminada de sacar la grasa, los nakaq regresaban con cargamento de grasa y lo entregaban a personas que habían solicitado la grasa. Esta gente compraba la grasa porque tenia mucha plata. Eran ricos y sacerdotes que pagaban bien por la grasa. También mandaban grasa a otros países para fabricar campanas y remedios par la piel, que costaban mucho dinero.
Yo se mucho de esto no solo por lo que me contaron mis padres sino porque cuando yo fui a trabajar a casa de un hacendado que era ya conocido como nakaq, llegue a su casa de un momento a otro y encontré en su casa a un hombre colgado, sin cabeza y la grasa a en perol. Yo, de miedo me escape corriendo. El hacendado me llamo al verme para que trabajara, pero no fui nunca mas a trabajar a la casa del hacendado. Es lo que me paso.