El Viaje de un Piro a Ultratumba

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Un piro pescaba en el rio desde la proa de la canoa. Le acompañaba un cuñado que hacia de popero. Cuando aquel estaba acechando un pescado vio la sombra de un hombre que pasaba por la playa. Se imagino que era la del cuñado, pero cuando miro hacia atrás vio que estaba en la popa sentado y que no era su sombra que había visto.
El Viaje de un Piro a Ultratumba

La sombra le llamo por su nombre y le atrajo hacia si sacándole de la canoa. Después le dijo: "Yo soy el hoyskali o dios, vete  tu casa y prepararme ayahuasca, pues esta noche iré a visitarte". La sombra desapareció. El piro entro en la canoa, la empujo de proa para darle vuelta y advirtió al popero que la dirigiera al caserío, pues tenia que obedecer las ordenes del dios. Su cuñado no estaba enterado de lo que al otro le sucediera, creyó de un loco las palabras que oía. Pero regresaron a la casa.

El piro que había visto al espiritu no quiso comer, ni beber nada, impresionado por la visión y por  lo que esperaba ver en la noche cuando se repitiera la visita de hoyakali. Se considero superior a sus paisanos por merecer la vista de un ser de ultratumba, presentándose a ellos como el Kahonchi del caserío. Los demás no le creían, pues era joven. Pero el, cumpliendo las consignas, cocino ayahuasca y la dejo reposar hasta que el hayakali viniera a tomarla.

Al oscurecer se oyen voces y cantos desacostumbrados dentro del monte, que se van acentuando y aclarando mas y mas. Es el espíritu que se acerca. Suena ya en la playa vecina y ahí se detiene sin avanzar. Los piros temen al tunchi o demonio. Pero el joven los tranquiliza diciendo le que es el hoyakali que viene a tomar ayahuasca.

Como no aparece en el caserío el piro va ala playa con el cocimiento. Ali estaba hoyakali. Le saludo y le converso. El hoyakali le enseño el arte de la brujería y la ciencia de la otra vida. A media noche llego otro hayakali, quien también saludo amablemente al piro y le instruyo. El piro regreso a la casa al amanecer. Los hoyakali se quedaron en la playa bebiendo y cantando...

En la noche siguiente se repetía la escena. Suenan los ruidos, va el piro a la laya llevando ayahuasca, y encuentra a los dos hoyakali. Esta vez llevo a su cuñado para que viera a los espíritus. El cuñado vio a los espíritus, pero estos no le hicieron atenciones. Los hoyakali y el piro tomaron ayahuasca y cantaron. A la media noche vinieron otros dos hayakali, saludaron al piro, le dieron lecciones y bebieron y cantaron juntamente con los demás. El piro y el cuñado que habían contemplado las ceremonias regresaron a sus casas al despuntar el alba.

La tercera noche llegaron los cuatros hayakali conocidos, mas otros seis. En total eran diez. El piro bebe y canta con ellos. Están muy contentos. Le hacen ver los cielos abiertos y la felicidad que en ellos reina. El piro les pide que le lleven a aquel lugar. Los diez hayakali le tomaron en sus manos y volaron con el a la punta del cerro mas alto. Le pusieron en tierra. El cerro se abrió, y aparecieron una infinidad de hombres, mujeres y niños cantando y tocando una música deliciosa que emociono al piro. El se quedo dentro compartiendo la felicidad con sus paisanos y con los dioses.

Los piros de la tierra van a ese cerro a cazar. Ciertos días  ven a los piros de la otra vida que están tomando el sol y el aire del cerro, pero cuando quieren acercarse ellos entran debajo de la tierra. Los piros de ultratumba no quieren alternar con los de la tierra, ni regresar a sus casas. Son felices allí y su felicidad es tan perfecta que les hace despreciar las cosas y deleites terrenales.

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