El Traje de Gallinazo

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Hace ya mucho tiempo los pájaros sabían hablar igual que las personas, ocurrió la siguiente historia.

Un día muy temprano en la mañana, un gallinazo se dirigió al sastre para mandarse hacer un vestido de fiesta. Por ese entonces, los papagayos eran los que confeccionaban los trajes a todos los animales. Llego, pues, portando la mejor tela que había conseguido. El sastre gustoso acepto hacerle su vestido, mas le advirtió que tenia mucho trabajo y cabía posibilidades de una pequeña demora en la entrega.

Eso no preocupaba tanto al gallinazo cuanto lo siguiente que le pidió el papagayo:

-Tendrás que dejarme el vestido que llevas puesto para que me sirva de modelo.

El Traje de Gallinazo
.¡Imposible! Es el único que tengo. ¿Cómo voy a andar sin ropa? ¿Qué me dirán las mujeres? No, no lo acepto. contesto el gallinazo contundente.

Pasado un rato de acalorada discusión, el gallinazo tuvo que ceder o no tendría traje nuevo. Muerto de vergüenza regreso a su casa por los caminos mas oculto y ,menos transitados a fin de que nadie lo viera, prometiendo volver pasados tres días.

Cumplió el plazo volvió, mas el traje no estaba listo. Regreso luego de otro par de días y lo mismo. Ya empezaba a impacientarse y le exigió al sastre que le devolviera por lo menos el traje viejo. Pero se dejo convencer una vez mas con las palabras del papagayo.

Por esas fechas se realizaba la elección de los jefes de la comparsa que conducía una fiesta en el pueblo. Por acuerdo general eligieron al gallinazo. Tuvo entonces que dedicarse a los ensayos y preparativos para que la fiesta fuera todo un éxito, y por poco se olvido de ir a recoger su vestido. Escapo un momento de sus obligaciones y fue a la casa del sastre. Cual no seria su sorpresa al no encontrar al papagayo, ni al traje viejo ni la tela del nuevo. Se echo a buscar por toda la comarca durante varios días al sastre sinvergüenza pero no lo hallo.

Felizmente para el, una  vieja amistad lo unía a su compadre cernicalo, así que fue a pedirle que le prestara una manta negra para cubrirse. Se la coloco por encima de la cabeza de modo tal que le caía sobre la espalda dejando desnuda la parte anterior. Se presento vestido así a la celebración y desde ese entonces vivió de esa manera para siempre.

Del papagayo ladrón se supo que huyo a las partes altas de las peñas y que allí solo bajaba en las noches. Cuando todo era oscuridad.

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