El Rey de las Cuevas

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Por la noche, un runa se fue a redear con su hijo mayorcito- Tengo "pereza"...- decía el niño al irse. Al rato de marchar ellos; vino a la casa un Supay que, tomando la forma del niño, se hizo por el. Se quejaba.

-¡Ay! la hormiga uchumanga me ha picado en el pene!-- decía para engañar. Se quedo fuera llorando mientras su pincho crecía hasta dar en la tierra. La mama se había levantado ya de la tarima y estaba tejiendo shigra. Cansada de oírlo llorar, creyendo que era su hijo le dijo:

-Ven a dormir junto a la candela.- El Supay entro, pero no se fue junto a la cocina. Seguía engañando:
-Mama, la picadura de la uchumanga me molesta!

Como ya estaba demasiado fastidiado, la mama dijo:

-Ven a dormir acá junto al bebe!- pero el diablo, que quería dormir junto a la mujer, repetía:

-Mama, mucho me pica!.

-Entonces, pues, van a dormir a mi lado, hijito- dijo la mama!

Oyendo esto, se acerca contento, La mujer estaba echada boca arriba. Cuando sintió que la mujer dormía, se levanto ¡jiri!. Le metió su largo pene hacia la boca y, todavía, con el pedazo que salía envolvió su cuello. El Supay no podía llevarse  a la  mujer por que era muy gorda  Al jalar, le hizo caer de su tarima a tierra. Ahí quedo hasta el amanecer.

En la casa había un lorito Tiuwika que la mujer había cruadi, El bebito que era recién nacido lloraba....¡chuwi...chuwi...chuwi! ¿Cómo no va a llorar si quiere mamar? El lorito, dándose cuenta, amaneció  meciéndose, cantando:

"cállate, bebito...callate bebito...!        

La mama estaba ahí muerta y el diablo intentando llevársela. Entonces el lorito tuvo una idea: ¡piripiri!! voló hasta quedarse en el pecho de la mujer y ¡tas! de un solo picotazo ¡miri! arranco al diablo la punta del pene. Toda  la carne del lorito esta llena de sangre. Al secarse ha quedado negra.  Es por eso, que hasta ahora, el Tiuwika tiene su pico negro- El lorito meciendo al bebe, en la hamaca, canta:

!Ya murió tu mama... Duerme calladito, Wawa...!

Cuando llego el marido; el bebe seguía llorando: "¿Por que llora así?"- se pregunto- Al entrar encontró a su mujer muerta. Se amargo y pregunto al Tiuwika:

-¿Como la han matado?- El lorito, hablando como gente, contesto:

-El Supay la ha matado...

-Y ¿por donde se fue?

-Por acá se fue...- y le indico-Yo le he arrancado la punta del pene.- El hombre vio el camino, por donde se había ido, todo regado de sangre. En un instante se reunieron los runas y enterraron a la mujer. Luego, todos juntos siguieron las huellas de sangre hasta llegar a una cueva que se llama "Tutapishku" (murciélago)

-¿Como podríamos hacer para matar al Supay? ¡Lo quemaremos! dijeron.

El hombre organizo una minga para juntar diez canastas de ají, lo dejaron secar y después se fueron con todo a la cueva. Cercaron con piedras la entrada y prendieron candela. Quemando el aji, han aventado adentro el humo, como ahumamos sajino.

Dentro empezaron a patear...¡tiri! ¡tiriiiii! como trueno se oía, porque allí había una ciudad de diablos y se ahogaban con la fuerza del ji- Los que no se ahogaron salieron corriendo. Los runas con makanas de pona ¡ta! ¡ta! golpeaban y mataban a todos los Supays, machos , hembras y crías. Salieron los jóvenes. Al final se presento el que había matado a la mujer y dijo:

-¡Yo soy el culpable!- venia jalando el pene trozado y sangriento.

-¿Esto quiere?-ita! y golpeando lo mataron. Tanto le han golpeado que quedo hecho mazamorra...

Todavía después, salieron unas jovencitas. A una de estas niñas supays no la mataron. La llevaron con ellos para cuidar a los bebes. Ahí ha crecido. Al principio cuidaba bien al llullito, pero, cuando fue mayor, también ella empezó a hacer maldades. Un día estaban cultivando la chacra y han oído llorar al wawa. Entonces la han mandado a mecerla. Al rato la criatura se callo y la joven diabla no regresaba. La mama, extrañaba, ha ido a ver y encontró a su llullito muerto. La supay, volteando al bebe, le había comido todito su seso. Y había huido al monte.

Así era en el tiempo de los abuelos. Había supays que vivían cerca.

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