El Toro Encantado

0
Giplo es un lugar del rió Urubamba cerca de la actual colonia Penal del Sepa. Se da ese nombre a un pozo, grande por lo profundo y por lo extenso a lo largo y a lo ancho.

La tradición pira dice que dentro de ese pozo habita un toro enormemente grande y muy bravo, que fue el terror de los navegantes durante muchos siglos. Pastaba en las márgenes del Urubamba, prefiriendo la que esta formando hoy un cañaveral, pero solamente en las noches y en las horas en que la niebla impedía que fuera visto por los navegantes. Al salir el sol se sumergía en el agua.

Este toro, cuando algún pasajero surcaba las aguas, soplaba en el fondo del pozo y el rió se removía hasta hacer sumir las canoas. Ningún piro podía pasar ese trayecto del Urubamba, ni por el rió ni por el monte, pues tanto un lugar como el otro eran dominios del toro.

Hubo un Kahonchi piro, muy poderoso, que quiso lacear al toro para matarlo, pero el toro se sumergía en el agua o huía al monte y nunca pudo cogerlo.

Ese mismo Kahonchi tenia un cabello negro, hermoso, y mas corpulento que el toro. El caballo negro tenia dos cabezas, una adelante y otra en la cola. Llevaron el caballo al Giplo para enfrentar al toro. Cuando se vieron, lucharon los dos animales encarnizadamente. Venció el caballo. El toro se refugio en el fondo del rio. De allí no poda salir porque el caballo lo observaba con la doble cabeza.

Sin embargo la gente no podía navegar porque los dominios del caballo sobre el toro no llegaban hasta dentro del agua, aunque si podían pasar por las dos orillas fuera del rió pues el caballo los auxiliaba contra el toro.

El caballo, pues, no era solución. Pero el poder de Kahonchi todavía podía idear soluciones. Lo pensó mucho y consulto a otros Kahonchis. Por fin decidió botar en el agua de Giplo la calavera de un coto mono cucara. Esta fue la medida de mayor éxito. Mediante esta cabeza el pozo se lleno de arena. El toro tuvo que huir. Y el caballo fue recogido por su dueño.

Ahora se puede navegar sin dificultad por el Giplo, aunque algunos lo hacen recelo por lo que fue en la antigüedad. Pero no existe ningún peligro. El agua parece una laguna y ambas márgenes del río son  monte, signo de que el toro no sale a pastar, y por consiguiente que no existe

Tal vez te interesen estas entradas

No hay comentarios