Efectivamente, cuando la mujer se despertó comprobó que el cántaro estaba roto y temeroso de levantarse a la media noche siguió en la cama y al poco rato se quedo dormida. Mas la cabeza desprendiendo del tronco salió en busca de agua.
El marido aprovechando de la ocasión paso con ají el cuello en la parte en que se había seccionado la cabeza, la ,misma que cuando regreso ya no pudo adherirse al cuerpo. El marido al día siguiente, se levanto y al salir al corredor, la cabeza de su mujer dando un salto se prendió de su hombro y por mas esfuerzos que hizo no lo pudo desprender, viéndose en la imperiosa necesidad de cargar con la cabeza de su esposa a la que debía alimentar.
El hombre se recluyo en la casa y no salía sino en las noches para evitar que se le viera cargando la cabeza. Un día llego a visitarle un compadre, quien le recomendó un procedimiento para librarse de la maldición que sobre el pesaba. Efectivamente al día siguiente, de acuerdo a las indicaciones recibidas, se fue al monte para "hacer del cuerpo" y cuando la cabeza se desprendió de su hombro, ya que no podía resistir el mal olor, paso con el ají el lugar donde se adherida y cuando esta quiso regresar a su sitio ya no podía hacer. Desesperada se fue saltando por el monte hasta que sus largos cabellos se enredaron en la maleza. Allí estuvo por días hasta que en uno de ellos paso un venado en cuyo lomo se prendió.
(Una variante de este relato es el que que dice que el marido degolló de un hachazo a la mujer)
