El Chasqui

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Dice que una vez viajaba un chasqui, pero la noche sorprendió en despoblado.

A lo lejos había una lucecita que salía de una choza y que la hizo pensar que allí pasaría la noche sin cuidado para proseguir al día siguiente su viaje.

El ChasquiCuando llego a la puerta, llamo uno, dos y mas veces, pero nadie le contestaba; el chasqui fatigado resolvió entrar, y entro, Lo primero que vio en el interior de la choza fue una olla sobre el fogón, la olla desprendía un vapor muy insinuante, en otro rincón del recinto una tarima y una pobre cama, era todo lo que había.

Vencido por el hambre, abrió la tapa de la olla, cual seria su espanto al ver lo que ella contenía
tarima..... despojos humanos, pies, manos, cabeza, todo un caldo macabro.

Temblando de miedo quiso dejar la choza, pero el espanto se aumento cuando oyó el roce de los vestidos de una persona que hacia el se dirigía. Instintivamente se oculto el chasqui, precisamente debajo de la cama. El extraño propietario de la choza traía sobre los hombros el cadáver de una pobre criatura; entrar y decía-. Imanantach cay huasitari.....Fierro fierro-manchu asnasiascha...? (¿Qué le pasa a esta casa....Creo que esta apestando a fierro a fierro...?) -Y al mismo tiempo que mascullaba algunas palabras se puso a devorar el contenido de la olla, terminando lo cual descuartizo a la nueva victima, hizo los preparativos de un nuevo festín y se hecho en la cama no sin seguir hablando...Mamon nockacla pitapis manchacunichu.....ni causack runatapis....Jesucristo huañusckan cruztacka manchacunichu... ni causack runatapis. Tucutama manchacunicka... capasllataña,,,(Yo no tengo miedo a nadie... ni al hombre vivo... la cruz en que murió Jesucristo me asista mas su, muy poco..... al búho pues le tengo miedo ... terriblemente.....

Mientras tanto el pobre chasqui de la cama del condenado se moría de miedo. Una feliz idea ilumino de pronto su cerebro, comenzó a graznar imitando el buho...Tucuy....curri...tucuy curri... curri...

El condenado lanzado un alarido de espanto se incorporo del lecho y salió como disparado rumbo a la noche.

El chasqui no quiso esperar el regreso del condenado y siguió el viaje hasta llegar a su destino.

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