Atachuco se canso de oír siempre lo mismo y dijo a Tunsho-huanca, mejor será correr día y noche sin descanso hasta saber cual es mas poderoso.
Apenas salió el sol partieron los dos urcos. Tunsho-huanca corría sin mirar el camino. Por alli se le cayo un brazo, mas allá perdió el otro. Atachuco avanzaba despacio. Tunshu-huanca volaba. Por allí se le cayo una pata, mas allá se le cayo la otra.... Entonces se detuvo, su corazón golpeaba como tambor grande, como pudo llego hasta Atachuco y ya no quiso correr mas.