La Ardilla y El Carbunclo

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Ambos animales habían sido importantes sacerdotes del culto solar. Cuando se realizo la conquista, la ardilla, temerosa, y creyente, se convirtió al cristianismo y el carbunclo constante, y valiente continuo en su fe primitiva.

Ante tal situación abiertamente opuesto, una misma ley no podía ser aplicada a los dos, al mismo tiempo, en caso tan contrarios. Por eso el Sol, siempre justiciero, dicto su sentencia convirtiendo a los dos sacerdotes en dos animales diferente, con la siguiente características.

A la ardilla le dio por atributo la vivacidad y la curiosidad la hizo de un color semejante al de la tierra y quiso que casi en forma gráfica remedara el acto de persignarse, que se volvían domesticable y que en contacto con los hombres, por sugestionables, por haber aceptado las cosas de los hombres y seguir las mismas ideas de estas.

En cambio al carbunclo, le dio la fuerza de lo invisibles, de lo no corpóreo, de la ideal, le concedió como máximo atributo el que caminara de noche solamente, es decir, cuando falta la luz del Sol, como para que sirviera de reemplazo y como prueba de su devoto respeto por su culto, que ostentara sobre su lomo, un Sol en miniatura con luz propia y que fuera su color enteramente negro, para que se notara mas su refulgencia. Todo esto por haber permanecido firme y constante en su culto primitivo.

Pero eso la ardilla hace ademan ridículo de persignarse, tiene color de tierra y es fácilmente domesticable, mientras que el carbunclo no se le puede ver de día, es de color negro, jamás ha sido domesticado y alumbra por las noches.

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