-Te voy comer porque tu mucho andas y estas gordo.
Entonces, disque dijo el cóndor.-Hoy noche, vamos hacer la apuesta. Tu maneses (amanecer), será me comerás. Si yo monesco, te como. Pero sobre una piedra será.
Esa noche fue neblina. Neblina fue toda la noche. Aguacero llovió. Cuando llueve, disque dijo.
-¿Aguantaras pues? Pero si vas aguantar apostaremos sino aguantas será no apostaremos.
-Bueno, dijo, yo demás que vos soy. Yo lo que ando, yo lo que paseo por los mejores corrales no me pasa nada, que será con sentarse.
-Bueno. Entonces disque dijo:
-¿Ya!. Tu que paseas por todos los corrales, por onde que estés te vua joder. ¡Vamos hacer la apuesta!, si tu maneses, tu me comerás, si yo manesco. Yo te comeré.
Y disque empezaron a llamarse:
-Condor!
-Tioo!
-Condor!
-Tioo!
-Condor!
-Tioo!
-Ya creo duerme. ¡Cuidau pues condor! ¡Te vua comer condor... Condor!
-Tioo!
-Condor!
-Tioo!
-Condor!
-Tiitoo! Tiio ya yo tengo sueño!
-Cuidau pues cóndor, te vua comer!
Bueno, serian las dos de la mañana, enton disque volvió a llamar:
-Cóndor! ¡Cuídate te mueres condor!
-Tiitoo!
A las dos de la mañana y media se volvieron a llamar:- Cóndor ¡ya casi llega tu hora!
Llego la hora, a las tres de la mañana. Y a esa hora se cayo dentro del achupaiay, se cayo tronando, ¡chalag! ¡Patag! ¡Patalang!- se cayo. Ahí nomas disque le saco el ojo, la lengua y la cagalera.
