Al poco rato la criatura comenzó a llorar desesperadamente, pero la madre con la intención de terminar cuanto antes su trabajo, sin hacerle caso prosiguió su tarea. Después de largo rato la criatura dejo de llorar súbitamente, la madre intrigada fue a ver al hijo, dándose con la sorpresa que había desaparecido encontrando solo los pañales. Despertando al marido prosiguieron la búsqueda sin obtener resultado, por lo que desesperadamente se regresaron al domicilio.Días después fueron noticias por unos vecinos, que los viernes en noche de luna llena habían visto que una criatura al borde del puquio se ponía a llorar, pero que cuando se aproximaban para ver lo que pasaba se sumergía en el. Con estas información los padres esperaron el día propicio y en compañía de varios vecinos se dirigieron al sitio indicado, pastando sogas y rosarios para romper el maleficio.
Llegados que fueron, contestaron que efectivamente a la orilla del manantial lloraba una criatura en quien los padres reconocieron el hijo desaparecido. Entonces sigilosamente se aproximaron a donde se hallaba el niño y luego de agarrarle lo condujeron a su casa, amarrado con sogas para evitar que se escapara. Mas los pocos días el niño murió, por mas esfuerzos que hicieron los padres y pese a la intervención del mejor brujo que contrataron para que le sacara el mal de espanto.