La tradicion refiere, que tres móntalas sostenían continuas luchas de predominio para hacerse Apu o señor del pueblo. Tunshu- Palpa, de recta conformación telúrica y debido de poderoso fuerza, después de librar singular batalla consiguió derrotar sus gigantes rivales.
Protegidos de su móntala tutelar, o Apu del pueblo, los primeros pobladores de Tomas, vivían muy felices, entregados a la tarea de cultivar sus plantas y el cuidado de sus animales, Tunshu- Palpa les proporcionaba abundante cosecha y buen tiempo.
Un día de fiesta en medio de cantos y música, unos ancianos del pueblo divisaron en el cielo un condor, que luego de plantear zumbando los aires, se poso sobre la cabeza de "Tunshu-Palpa Apu". Momentos después la población fue presa de un violento temblor, un viento huracanado sacudió la quebrada y una granizada que se desencadeno, cayo con furia sobre los pajonales y sembrados.
Un anciano o auquilla del pueblo, aconsejo a los tomasinos, ancgushar a la montaña Apu, pagando un niño recién nacido, según el viejo augur, Tunshu-Palpa avisaba estar hambrienta y seguiría castigando con mas poder.
Al siguiente día los adivinos y la gente de todo el pueblo escalaron hasta la cumbre de la montaña; a la salida del sol, entonando canticos de alabanza a Pacha-mama derramaron chicha fresca y licores traídos de la selva, sobre una mesa adornada de flores, sacrificaron un hermoso niño, cuyo cuerpo enterraron junto a la cima de la encolerizada montaña.
Aplacada la cólera y el hambre de la montaña tutelar, volvieron días de paz y abundancia entre los habitantes.
No duro mucho tiempo.
Una fugitiva serpiente llegada desde las selvas, apareció en los pajonales de Ocsha.huaca frente a la montaña de Tunshu-Palpa. Vivía allí oculta en una cueva, formada de grandes piedras.
Desde su escondrijo, ofreció a los tomasinos, hacer crecer y producir en sus chacras abundante maíz, la ladina serpiente resolvió entonces, destronar al centenario Apu del pueblo.
Ambicioso de poder y mandato, desafió a la descomunal montaña, sostener un encuentro, en pos de dominio.
Al saberse desafiada, temerosa de perder su hegemonía tutelar, lena de furia Tunshu-Palpa, inesperadamente lanzo enormes galgas sobre el escondrijo del reptil. Cuatro cóndores descendieron, desde la alta montaña con el mandato de perseguir y dar muerte implacable la temeraria culebra. La noche llego densamente oscura. Desde el interior de la cueva, resonó a los vientos un agudo silbido, y los cóndores que hacían de centinela, se quedaron sumidos en profundo sueño.
En ese instante la serpiente escapo de sus captores, con ágil serpenteo escalo el peñasco, que guarnecia su vivencia, entre unos pedrones de la montaña para engañar a sus sitiadores, se despojo de su escamosa piel, fugándose quebrada abajo, vertiginosa y despaldada como una flecha, llevando consigo todas sus plantas. Un viento frio silbador restallo entre las lomas, abras, montes y peñascos.
Las plantas de maíz desde esa época, cambiaron de tierra, emigraron. Están en los bajios, en la tierra de los alisinos y larahuinos.
La blanca escama del reptil, yace petrificada entre las rocas de Ocshahuacta. Se encuentra en actitud de eterno desafío el gigante Apu del pueblo; así mira el viajero, el repuntador y el caminante que sale de la hermosa Villa de Tomas, camino hacia Siria.