Leyenda de las Tierras Yungas o Tierras Calientes

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En la costa norte del Perú fue deslumbrante por su riqueza su cerámica y su agricultura la civilización llamada de los Yungas. Estas tierras se caracterizan por lo caluroso y saludable de su clima, por sus arenosas llanuras y por sus soles ardientes.

El por que estas tierras son y serán siempre calientes lo explica la siguiente leyenda, que literalmente dice:

El  Padre Sol, personificado en un anciano alto y venerable, visitaba periódicamente a los hombres de las costas peruanas del norte, para atender sus necesidades, observar su vida, vigilar el cumplimiento de sus mandatos y atender personalmente las quejas y reclamaciones, imponiendo las penas y otorgando las recomendaciones correspondientes, En una palabra, Dios se ponía en contacto directo con los hombres. Pero sucedía que cada vez que en la tierra de los Yungas se personificaba el Sol, este no se otorgaba su calor sobre las tierras, que no producían, los frutos se helaban, los pastos se secaban y los animales y los hombres se morían, puesto que el sol dejaba de ser astro, para
convertirse en hombre.

En aquellos remotos tiempo los hombres y los Dioses, es decir los elementos pasajeros que pueblan la Tierra  y los seres inmortales que habitan los cielos, tenían relaciones frecuentes de intimidad y se comunicaban mutuamente sus deseos y sus necesidades, siendo de esta manera, los Dioses semi-hombres y los hombres casi Dios.

Por las perdidas sufridas, los habitantes de estas regiones, que corresponden a las costas de los Departamento de Piura, Lambayque y Libertad se quejaron ante su Dios, el Padre Sol, por las cosechas perdidas, los animales muertos y los hombres desaparecidos y el Sol, interpretando esta queja como un desacato a su autoridad, como una rebeldía filial y como un olvido a su respeto, les dijo: "Pues bien, no dejare nunca mas de calentar vuestras tierras, nunca mas había frio en ellas y eternamente las tierras calientes pero nunca mas bajare tampoco a visitar a sus habitantes".

Y después entonces son y se llaman las tierras yungas o tierras calientes y desde entonces ni el Sol, ni ninguno de los Dioses ha vuelto a dejar su máximo celeste para visitar a los hombres.

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