
Pero el viejo sacerdote, rehuyendo el aviso, continuo ofrendando sus sacrificios y sus libaciones, sus votos y, sus oraciones a la Luna, a las aguas y a los animales, desdeñando el ensueño premonitorio. Pero cuando, en la madrugada, despertó e hizo sus preparativos, del cocimiento del maiz de la chicha sagrada con el cual propiciaba a sus dioses hallo el santuario totalmente coloreado de rojo, en su exterior y en su interior que los muros estaban decorados por tres colores: rojo, el Sol, el azul, el cielo y amarillo,. el oro, y sintió en su faz de aquel fuego calcinante de Sol que le quemaba en la noche anterior y cayo muerto, pero ostentando en la cara, como siguió del poder del astro, una mascarilla de oro.
Y la Huaca Pintada de Illino fue decorada por el mismo Sol y la mascarilla de oro, encontrada en la Huaca, a principios del siglo actual, era la de Anto Tungal, castigado asi por el astro debido a su negativa para adorarlo, por no haber querido establecer el nuevo culto de los Incas, en los pueblos Yungas, y como un seguro aviso de la próxima conquista de los triunfadores del Cuzco
Hua a La Pintada se ibica en el distrito de Tucume.
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