
Demostré que me interesaba su relato, aunque yo sabia muy bien lo que me estaba contando. El viejecito, que era un gran charlatán, continuo de este modo:
-Muy mal agüero es, también, el canto de los tucos, pachatucos y otros, en la noche, cuando se posan ya sea en los arboles o en los techos.
-¿Mueren también las personas?- le pregunte por decir algo.
-Seguro- me contesto el viejecito- Y continuo como si hablara consigo mismo: Estas mariposas de la noche que llevan mas calavera bien dibujada, esas son también muy mal anuncio. Y si una lagartija pasa entre una pareja es porque los dos se van a separar para siempre. Si tu perro se pone en aullar es porque te vas a morir, - me dijo amenazándome con el dedo, no sin que yo sintiera temor. lo mismo si canta tu gallina como si fuera gallo.
-Iba a seguir enumerando otras cosas por el delito, cuando yo me separe pretextando cierto motivo que no le hizo, por supuesto, mucha gracias, porque el, en cuanto se conseguía una persona dispuesto a escucharle, procuraba tenerlo en su compañía el mayor tiemplo posible.