
Marte, por ejemplo, carece de una Luna grande que lo equilibre, por lo que esta siempre fluctuando sobre su eje. Con este desequilibrio, los cambios climáticos serian totalmente drásticos, ya que la posición actual del eje terrestre genera las estaciones:; por eso, se puede decir que la Luna es el regulador climático de la Tierra. Ahora bien, incluso con la Luna, el planeta experimenta fluctuaciones en su rotación, aun que estas son leves.