Hasta entonces el fruto de la yuca se producía en las mismas ramas del arbusto, y por lo mismo era de fácil acceso y no se requería, para tomarlo, destruir a la planta.
El Dios Viracocha, para aplacar el hambre, penetrando en un yucal, pretendió coger algunos de los frutos mas grandes y sabrosos, pretendió coger algunos de los frutos mas grandes y sabrosos, pero estas, impulsados por el egoísmo y no reconociendo al Dios, por la falta del Sol y por su indumentaria y por el aspecto de cansancio que tenia, se desprendieron de las ramas y resbalándose por el tronco se internaron en la tierra, negándole así, y en señal de protesta a satisfacer las necesidades del buen Dios.
Y se produjo la maldición, que dijo:
"Si te rebelas contra tu Dios, desde hoy y nunca mas servirás para nuestro alimento. Los hombres y los animales te disfrutaran, pero a condición de destruirte. Tu, tendrás por propia raíz el fruto que produzcas".
Y fue desde ese día que para obtener el fruto de la yuca es preciso destruir el árbol que la produce.