-Cuando llegas a tu casa ¿Qué le dices a tu mujer?
Contesto el runa::-Primero le digo: "Deme algo para tomar. Tengo sed".
-Y si quieres dormir con ella ¿Qué le dices?
-Le digo"¡Atsay! ¡tengo frio! ¡ven a calentarme".
Así, conversando, el supay llego a saber todo. Después mato al hombre y lo transformo en venado para luego comérselo. Y el supay se convirtió en el marido de la mujer.

-¿Que has matado, yerno?
-No he matado nada, mama- dijo el supay. Después de colgar su pukuma, pidió a la mujer:-"Mira, creo que en la espalda se me han prendido las garrapatas..."La mujer saco todo lo que encontró.
-Pero no me mires la nuca...-Tenia el pelo largo como todos en esos tiempos, y debajo se oía ¡Tsi ki ri! Estaba lleno de murciélagos-Las mujeres empezaron a sospechar que no era el verdadero marido sino un supay.
La suegra no quiso irse. Anocheció en la selva. Entonces el que se hacia de yerno dijo
-Para la visita ya es tiempo de regresar...
Aun con todo la mama no se fue.
-Siendo pasajero es bueno de regresar....- dijo, nueva-mente. Entonces la mama se aburrió de tanto oír y replico:
-Quizas aborrecida estoy aquí...
La hija le dio una tabala de pona para que durmiese. Otra vez el diablo dijo lo mismo. Molesta la suegra se fue, con un poco de leña de piwayo que le había regalado su hija.
Entonces el supay ha ido a sacar su venado, lo pelo. Estaba acordándose de todo lo que había dicho el hambre que mato.
-Deme algo para tomar. Chapea masato, tengo sed.
La mujer obedeció y le dio masato. Después le mando cocinar, diciendo:
-Cocino el venado en la olla de barro mas grande.
La mujer partió la carne; había una olla llena, la puso sobre la candela. Ya hirvió, pero de una manera un poco curiosa.
-¡Pulu! ¡pulu!- decia,- ¡pulu! ¡pulu! no me comas ¡Soy tu marido!.
La mujer se asusto:- Y ahora ¿Cómo voy a hacer para librarme de este supay disfrazado de marido?- La mama, bien preocupada, metió en la olla unas yerbitas parecidas al culantro que tienen el poder de hacer inflar. Una vez cocinado todo, sobre el piso extendió las hojas de plátano, sirvió la carne:-¡Ven a comer!- le dice a su falso marido. Se sentó este para comer:
-¡ Mujer, ven tu también!- le dijo: Ella contesto:
-Con este chico que esta llorando ¡Como voy a comer? ¡Sigue comiendo tu!- y a su hijito le hacia llorar, pellizcandole, para empegar al Supay y ´para no ir a comer de gente. Después, cuando miro, estaba ya hinchandose se barriga...Terminada la comida, se fue el diablo a acostarse sobre la tarima.
-¡Atsay! ¡tengo frio! ¡Ven a calentarme¡- dijo . Le contesto la mujer:
-El llullito sigue molestándome. No puedo ir a dormir...- y le pellizcaba mas todavía a su hijito Sabi.
A media noche, vio que seguia inflandose mas y mas. Entonces, sin hacer ruido, la mujer agarro un tizon para correr donde su madre. ¡Tin! Cerro bien amabas puertas, amarrandolas, le dio de mamar a Sabi, que se callo. Se fue. Estaba por llegar a casa de su madre, cuando se oyo ¡tuuh! Se reventaba la barriga del supay.
Al amanecer se fueron a ver, ella y su mama. El supay que ayer aparecía gente ahora esta a punto de convertirse en Baruchi (una boa sin cabeza). Estaba, esta llamando:-¡Mama de Sabi! ¡Mama de Sabi! Ven a verme...
Hasta el nombre del hijito sabia. Había preguntado todo al marido antes de matarle. Ahí el supay, pintado de manchas como el Baruchi.
Entonces las mujeres- quizás Dios les ha dado esa idea- con un gancho le jalaron de su pescuezo hasta ¡ta! Arrancar la cabeza del Supay. Enterraron la cabeza en un sitio aparte. El cuerpo lo metieron en un cantaro grande, que taparon bien.
Dos días después abrieron la tinaja, estaba ya convertido de todo de Baruchi. Lo dejaron tapado nuevamente. Al tercer día, la cabeza se fue desapareciendo en el monte. Felizmente. De lo contrario, seria un Bauchi antropofago, que comería gente, que mordería. Así hubiera salido tal vez. Menos mal , el cuerpo se quedo sin cabeza. Se nota que le falta la cabeza al Baruchi.
Era su manera de vivir de algunos Supays antiguamente hacian daño, robaban mujeres, niños.