, no la pudo encontrar. Muchos días duro esta búsqueda. Llego a tener tanta hambre, que se comió hasta la propia cusma, quedándose totalmente en cueros. Busca que te busca, entro en el monte, aunque su casa estaba en la playa. Encontró una chacra antigua, donde suele haber matas de plátano, algún frutal o por lo menos papayas. No encontró ni rastro de nada.

El cuñado le pregunta:
-¿Que te ha pasado?
El le contó su triste historia y afligio peregrinar.
-Bien te esta, le replico, por tu conducta miserable.
Al oir tal respuesta, volvió a llorar.
El cuñado se compadeció de el, lo levo a casa, le dio vestido y comida. Con el hambre, por comer de prisa, se atoraba. El escarmiento parece que le valió algún tiempo. Ya no era tacaño. Con los años, se olvido y replico su miseria. El castigo no se hizo especial. Se perdió de nuevo y murió en el monte.